Preparación

• paso 1

  Derrite el chocolate al baño María, es decir, en un recipiente resistente al calor colocado sobre una cacerola con agua apenas hirviendo, asegurándote de que el recipiente no toque el agua, o haz este paso en el microondas en intervalos de 20 segundos hasta que esté suave y brillante. Deja enfriar ligeramente. Vierte la nata, la leche condensada y la vainilla en un segundo recipiente y bate durante 3 minutos usando una batidora eléctrica hasta que esté ligeramente espesa y las varillas dejen un rastro en la mezcla cuando se levanten del recipiente. Ten cuidado de no sobrebatir, ya que no quieres que la mezcla esté demasiado rígida; tan pronto como las varillas dejen un rastro, está lista.

• paso 2

  Mezcla suavemente el chocolate derretido y el cacao en polvo con la mezcla de crema hasta que estén completamente combinados, asegurándote de que la espátula llegue al fondo del recipiente para que todo el chocolate se mezcle. Incorpora la mayoría de las chispas de chocolate, reservando un pequeño puñado. Vierte la mezcla en un recipiente de 1 litro apto para congelador y luego esparce las chispas de chocolate reservadas. Cubre y congela durante al menos 6 horas hasta que esté firme pero se pueda sacar con una cuchara. Se mantendrá congelado hasta un mes. Para servir, coloca el helado en tazones fríos o conos de helado y espolvorea con una pizca de sal marina, si lo deseas.