
La mejor sopa de tomate
El sabor de los tomates frescos brilla en esta deliciosa sopa de tomate, pues para sacarles el máximo partido hemos utilizado todos los trucos que conocemos para potenciar su sabor, incluyendo asarlos en el horno antes de preparar la sopa. Los crutones aportan un toque crujiente y la albahaca un sabor muy aromático.
- 1,2 kg de tomates maduros de tu elección (nos gustan los de tipo ciruela)partidos por la mitad
- 6 dientes de ajoen rodajas
- chile rojo frescoen rodajas (opcional)
- 30 g de azúcar dorado
- 1 cdta de orégano seco
- 100 ml de vinagre de vino tinto
- 100 ml de aceite de oliva
- 1 manojo grande de albahaca
- 2 cebollasen rodajas
- 400 ml de caldo de verduras
Para los crutones (opcional)
- 200 g de pan de masa madre (el pan duro también va bien)sin corteza
- 2 cdas de aceite de oliva
- 10 g de queso parmesano o alternativa vegetarianafinamente rallado (opcional)
Valor nutricional: por ración
- kcal236
- grasa17g
- saturadas2g
- carbohidratos16g
- azúcares14g
- fibra4g
- proteína3g
- sal0.2g
Preparación
paso 1
Precalienta el horno a 200°C/180°C con ventilador/gas 6. Forra una bandeja de horno grande y poco profunda con papel vegetal y coloca los tomates en la bandeja, con el lado cortado hacia arriba. Sazona generosamente con sal, luego espolvorea con el ajo, el chile (si lo usas), 1 cucharadita de azúcar y el orégano. Rocía con 1 cucharada de vinagre y 1 cucharada de aceite de oliva. Asa durante 45 minutos hasta que los tomates estén arrugados y hayan soltado mucho jugo.
paso 2
Si haces los crutones, desgarra el pan en trozos pequeños y colócalos en una bandeja de horno. Rocía con 2 cucharadas de aceite de oliva y espolvorea con el parmesano, si lo usas. Mezcla para cubrir el pan con el aceite y el queso. Hornea junto con los tomates durante 20 a 25 minutos, revolviendo varias veces hasta que estén dorados y crujientes. Retira del horno y deja enfriar. Se mantendrán en un recipiente hermético durante un día.
paso 3
Mientras tanto, reserva un puñado grande de hojas de albahaca, reservando los tallos y los brotes restantes. Calienta otras 2 cucharadas de aceite de oliva en una sartén a fuego medio-bajo y cocina las cebollas con un poco de sal durante 20 minutos hasta que estén suaves y pegajosas. Agrega el resto del azúcar, luego vierte el vinagre restante. Lleva a ebullición, luego cocina a fuego lento durante 3 a 5 minutos hasta que las cebollas se descompongan un poco y el líquido esté almibarado.
paso 4
Vierte los tomates, junto con sus jugos de asado, en la sartén con las cebollas, luego añade el caldo y esparce los tallos de albahaca y los brotes enteros. Remueve bien y lleva a ebullición, luego reduce el fuego y cocina a fuego lento durante 20 minutos hasta que los tomates se descompongan en una salsa gruesa. Retira del fuego y deja enfriar un poco, luego vierte todo en un procesador de alimentos o licuadora y tritura hasta que la sopa esté tan suave como desees. O, usa una batidora de mano (puede que necesites triturar la sopa por tandas). Para una sopa aún más suave, puedes pasarla por un colador, si lo deseas. Una vez completamente fría, la sopa se mantendrá refrigerada en un recipiente hermético no metálico hasta tres días o congelada hasta tres meses.
paso 5
Tritura las hojas de albahaca reservadas con una pizca de sal hasta obtener una pasta usando un mortero y maja. Mezcla esto con el aceite de oliva restante para hacer un aceite de albahaca verde brillante. Vierte la sopa en una sartén limpia y recalienta hasta que esté bien caliente, luego sirve en tazones. Rocía con el aceite de albahaca, luego espolvorea con los crutones crujientes y con queso, si los usas.