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  • 2 latas leche de coco
    (que no sea light)
  • 175 g de azúcar glas
  • 1 cdta de sal marina
    en escamas
  • 1 vaina de vainilla
    o 1 cda de pasta de vainilla
  • 2 cdas de maicena
  • 1 pizca de cúrcuma

Valor nutricional: por ración

  • kcal220
  • grasa13g
  • saturadas12g
  • carbohidratos23g
  • azúcares20g
  • fibra0g
  • proteína1g
  • sal0.5g
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Preparación

  • paso 1

    Vierte la mayor parte de la leche de coco en una cacerola, reservando un poco en un tazón pequeño para más tarde. Añade el azúcar, la sal y la cúrcuma (para dar color) en la cacerola. Corta la vaina de vainilla a lo largo (si la usas) y raspa las semillas de ambos lados con el filo del cuchillo. Pon las semillas y la vaina, o la pasta de vainilla, en la cacerola. Calienta a fuego bajo durante 10 minutos hasta que el azúcar se haya derretido y la mezcla empiece a humear.

  • paso 2

    Mezcla la maicena con la leche de coco reservada en un tazón pequeño hasta que esté suave. Vierte en la leche caliente y, batiendo continuamente, calienta durante otros 5-10 minutos hasta que la mezcla espese a una consistencia de natilla. Cuela en un tazón y cubre. Deja enfriar, luego refrigera por al menos 2 horas.

  • paso 3

    Vierte la mezcla fría en una máquina para hacer helados y bate durante 20 a 30 minutos hasta obtener un helado suave. Transfiere a un recipiente hermético y congela hasta 3 meses hasta que esté listo para servir. Si no tienes una máquina para hacer helados, vierte la mezcla fría en un recipiente de plástico de base ancha o fuente. Congela durante 2-3 horas, removiendo la mezcla cada 20 minutos con un tenedor para romper cualquier cristal de hielo grande, hasta obtener un helado suave. Transfiere a un recipiente más pequeño y congela hasta que esté listo para servir. Deberías poder servir el helado fácilmente desde el congelador, o dejarlo unos minutos a temperatura ambiente para ablandarlo, si es necesario.

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