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  • 400 g de garbanzos cocidos
    aclarados y escurridos (o 225 g de garbanzos secos)
  • 1 cebolla roja
    finamente rebanada
  • 4 dientes de ajo
    finamente picados
  • 1 cdta de comino molido
  • 1-2 cdta de pimentón
  • 3-4 cdas de aceite de oliva
  • 1 limón
  • 1 manojo pequeño de perejil
    picado
  • 1 manojo pequeño de cilantro
    picado
  • 125 g de queso de cabra o feta
    desmenuzado (opcional)
  • pan crujiente
    para servir

Valor nutricional: por ración

  • kcal277
  • grasa11.8g
  • saturadas2.4g
  • carbohidratos31.5g
  • azúcares0g
  • fibra6.6g
  • proteína13.1g
  • sal0.07g
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Preparación

  • paso 1

    Si usas garbanzos secos, una vez remojados durante la noche, escúrrelos y colócalos en una olla profunda. Cubre con agua y lleva a ebullición. Reduce el fuego y cocina a fuego lento durante unos 45 minutos, hasta que los garbanzos estén tiernos pero no blandos. Escurre los garbanzos y retira cualquier piel suelta – puedes frotarlos con un paño de cocina limpio para quitarlas, o entre tus dedos. Si usas garbanzos de bote, caliéntalos suavemente.

  • paso 2

    Coloca los garbanzos calientes en un bol. Añade la cebolla, el ajo, el comino y el pimentón. Mezcla con el aceite de oliva y el zumo de limón mientras los garbanzos aún están calientes, asegurándote de que estén bien cubiertos. Sazona con sal y pimienta al gusto, y mezcla la mayoría de las hierbas.

  • paso 3

    Desmenuza el queso de cabra, si lo usas, y espolvorea con el resto de las hierbas. Sirve mientras aún esté caliente, con pan crujiente.

Si quieres saber más sobre las legumbres, un alimento nutritivo y muy económico, lee nuestro artículo Seis Razones para Comer Legumbres. Y si quieres más ideas, explora nuestra colección completa de ensaladas de legumbres.

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